Economía de fichas I


La Economía de Fichas es una técnica derivada del Condicionamiento Operante, que utiliza como base los refuerzos; más concretamente los refuerzos secundarios. Éstos últimos, son objetos que inicialmente carecen de un valor específico para la persona que los recibe, y sin embargo podrán canjearse después por otros que sí lo tienen.

La necesidad de encontrar una fuente de motivación, para los pacientes ingresados crónicamente en las instituciones mentales, llevó a Aylon y Azrin, allá por 1968, a crear esta técnica que resulta de enorme utilidad hoy en día en diferentes campos de actuación. Su aplicación colectiva o individual, así como la incidencia directa en la motivación a la hora de llevar a cabo la modificación de una conducta, hace que sea de especial interés para los padres en el ámbito doméstico.


El principal objetivo consiste en motivar al niño, en el aprendizaje de nuevas conductas deseadas, eliminando aquellas que resultan menos convenientes. Se trata de una técnica simple, de fácil comprensión para los niños, y que puede utilizarse en los diferente niveles, siempre que se adapten los reforzadores a los diferentes etapas de madurez.

La técnica consiste en establecer un sistema de refuerzo con el niño, mediante la utilización de tarjetas o pegatinas, para premiar las conductas que se desean establecer en el comportamiento habitual, que después serán intercambiadas por reforzadores concretos cuyo valor y número de fichas, se habrán establecido con anterioridad.

¿Que pasos debemos seguir?

  1. Pensar en las características del niño. Cada niño es diferente, y los reforzadores no tendrán el mismo valor para todos. Aquí se hace necesario conocer muy bien los ámbitos de interés del niño, puesto que vamos a trabajar su motivación para el cambio. Así mismo debemos reflexionar como padres sobre el tipo de reforzadores que queremos utilizar. Para ello elaboraremos una lista de refuerzos, por los que luego los niños podrán canjear las fichas. En la próxima entrada analizaremos la mejor forma de elegir esos refuerzos y cuáles son los mejores.
  2. Reflexionar sobre lo que queremos corregir o las conductas que queremos instaurar. Mediante esta técnica, únicamente reforzaremos aquellas conductas que queremos conseguir. Es importante priorizar y llevar a cabo una lista ordenada de las conductas a instaurar, llegando a un consenso entre la pareja o las personas que vayan a poner en práctica dicha técnica.
  3. Elegir las conductas con las que vamos a empezar a trabajar. Elaborar una lista con 4 o 5 conductas y explicárselas al niño, asegurándonos de que sabe cómo debe hacer cada una de ellas.
  4. Decidir y explicar al niño cómo y qué tiene que hacer para conseguir los puntos o fichas.
  5. Decidir cuántos puntos o fichas hacen falta para conseguir cada refuerzo de la lista.
  6. Diseñar un cuadro de registro, en el que colocar de manera visual las fichas que el niño va consiguiendo.
  7. Acordar el periodo necesario para canjear las fichas conseguidas por refuerzos de la lista.




Ejemplo de hoja de registro:


Lunes
Martes
Miércoles
Jueves
Viernes
Sábado
Domingo
Desayunar
solo







Vestirme solo








Comer
solo









Ponerme el pijama











¿Qué fichas podemos usar?

Dependiendo de la edad del niño, es conveniente adaptar el tipo de ficha y el diseño del cuadro. Cualquier pegatina, que pueda pegarse en la casilla correspondiente puede resultar útil.

En la siguiente entrada, analizaremos cuáles son los refuerzos más convenientes a incluir en la lista por los que el niño pueda canjear sus fichas.

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