Crisis de ansiedad

 


La ansiedad es una respuesta de nuestro organismo que surge cuando nuestra mente interpreta que nos encontramos ante un peligro. Si en este momento estás sufriendo ansiedad es porque tu cerebro ha detectado que algo no va bien y necesita que permanezcas alerta para protegerte. La emoción que se esconde tras esta respuesta suele ser el miedo. Si bien es cierto que el miedo puede ser una emoción desagradable,  tiene una función adaptativa. De hecho, si no sintieras miedo cuando estás ante un peligro real, tu cuerpo no se prepararía para la huida o la defensa dejándote sin opción a la supervivencia.


Sin embargo nada tienen que ver las situaciones que vivimos en nuestra vida cotidiana actual, con las que enfrentaban nuestros antepasados en lo que a peligros reales se refiere. La dificultad con la que nos encontramos hoy en día, es que nuestro cerebro interpreta como peligrosas muchas situaciones que realmente no lo son. En consecuencia, nuestro cuerpo se prepara en muchas ocasiones para dar una respuesta de huida o defensa, ante contextos que no lo requieren. ¿Te suena?

 

En consulta me encuentro con muchos pacientes que relatan sentir ansiedad de forma repentina ante actividades o situaciones que son completamente neutras para ellos. Cuando analizamos las situaciones ante las que se dispara la ansiedad, siempre encontramos un acontecimiento anterior con el que se conecta a partir del contacto con determinados estímulos que en apariencia no guardan relación. Son lo que llamamos disparadores de la ansiedad.

 

Una de las primeras cuestiones que una persona que sufre ansiedad debe conocer, es que sus síntomas, si bien son desagradables y en ocasiones muy invalidantes, no son peligrosos. No vas a tener un ataque al corazón, no estás en peligro de muerte, no vas a perder el control de tu respiración ni esta sensación que sientes va a durar eternamente.


Los síntomas de la ansiedad son de sobra conocidos aunque pueden variar de una persona a otra. Cuando se viven con una intensidad muy elevada pueden incluso confundirse con otros síntomas propios de otras enfermedades. En este sentido es fundamental conocer, que estas crisis, suelen tener un comienzo, un pico máximo y un final, es decir, una vez los síntomas alcanzan el nivel más alto en cuanto a intensidad, esta comienza a descender. Sabemos que por regla general una crisis de ansiedad, dura entre quince y veinte minutos.


Otra evidencia es que intentar luchar contra ella empeora e incrementa el malestar, por lo que uno de los trabajos que debemos hacer es familiarizarnos con esas sensaciones y aceptarlas cuando nos invaden. Para ello debemos conocer qué ocurre en nuestro cuerpo y aprender a escucharlo:


  • Si estás sintiendo entumecimiento en los dedos, sudoración y sensaciones de temblor y hormigueo, es porque tus glándulas suprarrenales se han activado para producir adrenalina, los vasos sanguíneos se han contraído y tu corazón está enviando sangre y oxígeno a tus extremidades por si estas deben activarse para huir.
  • Si sientes presión en el pecho, miedo a perder el control de tu respiración, hiperventilación, mareos o sofocos, es porque tu cuerpo está empleando la mayor cantidad de oxígeno posible para prepararte para la acción (huida o defensa), haciendo que tu respiración sea mucho más rápida y agitada.
  • Si sientes mareos, visión borrosa o dificultad para enfocar la vista, es porque al aumentar el ritmo de tu respiración se está reduciendo el oxígeno que llega al cerebro.
  • Si sientes náuseas, pesadez, estreñimiento o deshidratación, es porque tu sangre y tu oxígeno, están acumulados en otras partes de tu cuerpo, hecho que deja a tu sistema digestivo con muy poca energía provocando una disminución de la salivación. (Bebe agua)
  • Si sientes aumento de los latidos de tu corazón, entumecimiento y dolor breve en el pecho es porque el flujo sanguíneo de tu cuerpo va más acelerado para asegurarse el suministro de oxígeno. 

 


 

Conocer toda esta información te ayudará a familiarizarte con estos síntomas, entender qué es lo que ocurre en tu cuerpo y tener la seguridad de que nada grave te está pasando y en unos minutos este malestar habrá pasado.

Comentarios

Entradas populares