ELLAS

 

Ella,
la que viendo pasar su vida
al cuidado de sus hijos
se hizo amiga del tiempo
creyéndose en la sombra
sin saber que realmente era la luz


Ella,
la que cansada de vivir
tras el telón de su propio escenario
de una patada rompió la tarima
para gritar a los cuatro vientos
¡quiero escribir mi propio cuento!

Ella,
la que rompiendo moldes
se atrevió a decidir
sin miedo a ser reprendida
por no continuar la senda
que se suponía debía seguir.

Ella,
que dudando siempre de sí misma
tuvo la valentía de abrir
la puerta que permanecía cerrada
y dibujó enormes ventanas
para las que aún estábamos por venir

Ella,
que sin creerse piedra preciosa
pulió su esfuerzo con las lágrimas
de tantos miradas guerreras
que sintiéndose siempre fuera
luchaban por volver a reir

Ella,
que dejándose atrapar por la culpa
ha ganado en el pulso un  hueco
sin despedirse del “debería”
y perseguida por el agotamiento
continúa sembrando en todos los huertos

Ella,
presente en todas nosotras
partes de una misma pieza
mientras curamos sus heridas
cuyas grietas se difuminan
sanamos también las nuestras,
que… aunque ahora no lo veas... son también las tuyas.