Conecta con las emociones de tus hijos


 

     Cuando tienes un hij@ con dificultades en  la gestión emocional, o si es el caso de que estés educando a cualquier niñ@ que por edad no tiene todas las estrategias a regulación adquiridas, es importante que recuerdes ciertos aspectos que te ayudarán a conectar con sus emociones y gestionar mejor la situación. 

 

Para hacerte cargo del mundo emocional de tus hij@s sin morir en el intento, te propongo una serie de cuestiones en las que puedes comenzar a trabajar:

 

  1. Permite que el hemisferio derecho tome las riendas de la situación. ¿Sientes que en esos momentos en los que tu hij@ no se regula emocionalmente, habláis en diferentes idiomas? Si está desregulad@ emocionalmente evita razonar desde tu hemisferio izquierdo haciéndole entender el poco sentido que tiene su comportamiento en base a toda una lista de argumentos. Si quieres hablar su mismo idioma para poder entenderos, activa tu hemisferio derecho. Intenta comprender cómo se siente desde tu parte más emocional dejando el razonamiento para después. Primero conecta desde tu cerebro más emocional.
  2. Legitima sus emociones. Las emociones nacen en el sistema límbico del cerebro. Es la parte más emocional. Debes tener en cuenta que es automático e involuntario por lo que no podemos elegir lo que sentimos. Las emociones deben aceptarse y legitimarse siempre. Tu hij@ puede hacerse responsable de cómo gestiona las emociones con tu ayuda, pero no de sentirse de una manera determinada.
  3. Evita racionalizar las emociones. Cuando una emoción toma el control de nuestra conducta de poco sirve intentar razonar desde el cerebro racional. La única alternativa es entenderla desde el cerebro emocional con el fin de poder hablar el mismo idioma.
  4. Nombrar para dominar. Existen numerosos estudios científicos que han demostrado que cuando una persona está desregulada emocionalmente, si alguien pone en palabras la emoción que está sintiendo, poco a poco se observa una disminución de la activación de la amígdala. Ayuda a tu hij@ a poner en palabras lo que está sintiendo sin juzgarlo.
  5. Ante emociones explosivas, intenta desactivar la amígdala. Busca aquellas actividades que ayudan a reducir la activación de la amígdala. Etiqueta la emoción que está sintiendo tu hij@y pónsela en palabras. La actividad física y el movimiento reduce la activación de la amígdala, por lo que si tienes unas escaleras cerca, haz una carrera a ver quien las sube y las baja antes. Practica y entrena en técnicas de relajación cuando esté tranquil@ para que pueda usarlas cuando esté más activado. Enséñale a tomar distancia de la situación que le está desregulando.
     

 En cualquiera de los casos, recuerda que es importante conectar primero para después corregir y redirigir una vez la intensidad de la emoción haya pasado. 




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