TÉCNICAS DE ESTUDIO (PARTE I)




 Cada día observo más dificultades en los niños y adolescentes para llevar a cabo un aprendizaje significativo, así como un empleo efectivo del tiempo dedicado al estudio. Quizá no se haya analizado correctamente el origen de dichas dificultades, y qué se puede hacer para prevenirlas.

Durante la escuela Primaria, los docentes nos concentramos excesivamente en la obtención de una adecuada velocidad lectora, centramos los esfuerzos en la exactitud del pequeño lector, y sin embargo, nos olvidamos de atender a los procesos subyacentes de un buen método de estudio cuya base es la lectura.

Durante años he podido observar las dificultades que los estudiantes encuentran en el día a día académico, llegando a la conclusión de que las siguientes son las más significativas:

  • Ausencia de un adecuado método para estudiar.
  • Ausencia de una adecuada planificación del trabajo a realizar en función de las características personales.
  • Inadecuadas condiciones de los espacios empleados para el estudio.
  • Dificultades para identificar las ideas fundamentales de un texto, de aquellas que son secundarias.
  • Dificultades en la atención.
  • Inexistencia de un método adecuado para preparar los exámenes.
  • Dificultad para tomar apuntes.
  • Ignoracia de las técnicas existentes para llevar a cabo un buen aprendizaje, adaptado a las necesidades individuales.

Estas dificultades, se van arrastrando a lo largo de toda la escolaridad, siendo muchas de ellas, las principales causas del abandono de los estudios. Podemos visualizar estas dificultades, en aquellos estudiantes que a pesar de emplear multitud de tiempo para el estudio, no logran unos resultados académicos acordes con el mismo, estudiantes que no saben estudiar a pesar de lograr excelentes resultados en los cursos escolares, cuyas dificultades empiezan a hacerse patentes en la universidad. Hay estudiantes que no encuentran jamás el momento de sentarse a estudiar, puesto que no saben por dónde empezar, aquellos que empiezan a estudiar con toda la buena voluntad, pero no entienden lo que están estudiando...

Estas dificultades tienen solución una vez se presentan. Sin embargo, ¿no sería más efectivo abordarlas antes de que puedan suponer una sensación de fracaso? Quizá deberíamos plantearnos la posibilidad de trabajarlo en la escuela desde las edades más tempranas, de la misma manera que nadie duda de la necesidad de enseñar a los niños a leer. Pero ¿qué entendemos por enseñar a leer? ¿no es importante enseñar un buen método de lectura que facilite el estudio?

Desde mi experiencia, un buen método de estudio requiere el trabajo en los siguientes aspectos:

  • En primer lugar el alumno debe aprender a identificar cuáles son sus dificultades, al tiempo que asume que éstas tienen solución (autoevaluación de hábitos)
  • Analizar las características del lugar empleado para el estudio. Éste debe ser siempre el mismo, debe estar aislado, sin ruidos, con una buena iluminación, sin excesivas distracciones...
  • Se debe enseñar al alumno a elaborar un programa de trabajo, para que el tiempo dedicado al estudio resulte más efectivo. En este sentido, son útiles los planes semanales de estudio, en el que queden reflejadas las materias en las que trabajar y el tiempo dedicado a cada una de ellas.
  • Es fundamental enseñar al alumno un método de estudio adecuado, que generalmente engloba las siguientes fases: prelectura, lectura comprensiva, notas al margen, subrayado, esquemas o resúmenes y finalmente memorización.
En próximas entradas, iremos analizando cada uno de estos aspectos.


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