EL ORDEN DE NACIMIENTO Y EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
El
ser humano, social por naturaleza, necesita de las interacciones con
los otros, para su propio desarrollo. Así, podemos observar que las
primeras interacciones importantes se producen dentro del ámbito
familiar, en el que a su vez, se incluyen dos subsistemas
importantes: el subsistema parental y el subsistema fraternal.
De
hecho, no resulta extraño pensar, que la posición que uno ocupa,
dentro del orden de nacimiento en el subsistema de hermanos, así
como las relaciones que se establecen, según dicha posición, dentro
del propio subsistema fraternal, y de éste con el subsistema
parental, puedan influir en el desarrollo psicológico individual.
Tal
y como afirma Kagan (1979), “el orden de nacimiento duplica en
miniatura muchas de las experiencias de interacción social de la
vida adulta y de la adolescencia.”
Según
esto, podemos diferenciar 4 perfiles psicológicos importantes
determinados por el orden de nacimiento, que marcarán los roles a
seguir dentro del subsistema familiar:
- El hijo único.
- El hijo mayor.
- El hijo mediano.
- El hijo pequeño.
EL HIJO ÚNICO:
El hijo único suele ser el foco de atención de la familia, y suele
estar muy habituado a estar en ambientes de adultos, por lo que puede
resultar más maduro que lo correspondiente para su edad. Suelen
recibir mayor estimulación y mayor atención de sus padres, por lo
que pueden tener dificultades al enfrentarse a ambientes que no
resultan familiares.
EL HIJO MAYOR:
El hijo primogénito, habitualmente, es el que más atención recibe
de los padres, así como de la familia extensa en general. Es
probable que esté más estimulado, y en el caso de ser destronado
con posterioridad, termine desarrollando características más
paternales a nivel de responsabilidad. Suelen ser responsables y
centrados.
EL HIJO MEDIANO:
El hijo mediano es el pequeño durante un periodo de tiempo, que
termina con un destronamiento de su posición inicial, hecho que le
hará buscar su sitio dentro del seno familiar. Parece, que en
ocasiones, esta posición puede suponer una confusión en cuanto al
rol que se debe desempeñar dentro del seno familiar. No son los
mayores, aunque en ocasiones desempeñan el rol de hermano mayor, y
sin embargo tampoco son los pequeños, a pesar de que en otros
momentos desempeñen su función. Este hecho podría explicar el
motivo por el que los niños que ocupan este lugar, tienden a
establecer vínculos importantes con amigos... dedicando menos tiempo
a las relaciones familiares. Por otro lado, es habitual que intenten
diferenciarse completamente de sus hermanos mayores llegando a
definirse como completamente diferentes. La queja más habitual de
aquellos que ocupan este lugar, es la menor atención que reciben por
parte de la familia.
EL HIJO PEQUEÑO:
Los más pequeños de la casa, aprenden rápidamente qué conductas
deben llevar a cabo, para ser el centro de las atenciones familiares.
Suelen crecer creyéndose más dependientes de los otros que les
rodean, por lo que tienden a mostrarse más inseguros.
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