Frases que no debes decir a un niño con TDAH



Las palabras se las lleva el viento...

¿Cuántas veces has escuchado esta frase?

Pues bien, hoy te desmonto esta idea en lo que a educación de niños se refiere.
Bien seas, padre, madre, profesor, tío, abuelo, amigo... debes saber y conocer el impacto que tus palabras tienen en esos pequeños cerebros que se están formando a tu lado.

En otras ocasiones hemos mencionado la importancia que cuando somos adultos, tiene nuestro diálogo interno. El impacto que, la forma en la que nos hablamos internamente, tiene en lo que sentimos, en lo que hacemos, y en definitiva, la manera como interpretamos el mundo.

Si no te has fijado en tu diálogo interno, te invito a que lo escuches conscientemente. Si ya lo has hecho, y eres consciente de cómo te hablas a ti mismo, reflexiona acerca de dónde escuchaste ese tipo de afirmaciones por primera vez... 

Quizá tu casa, siendo niño...
Quizá en la escuela, de tus profesores...
Quizá de tus compañeros siendo adolescente...

Si lo analizas, es probable que compruebes, que esas frases que te dices a ti mismo de manera automática en determinados momentos, no nacieron en tu mente. Las escuchaste fuera y las hiciste tuyas.

Y aquí, te traigo la buena noticia... Si no son tuyas... puedes tirarlas, puedes deshacerte de ellas.
Pero... 
(y aquí viene la parte oscura del asunto)
¿Cómo desecharlas, después de llevarlas contigo durante tantos años?

Si, lo has entendido bien,

Las palabras que tú ahora como adulto dices a esos niños con los que convives y educas... se convertirán en su futuro diálogo interno.

Y ahora... ¿Sigues pensando que las palabras se las lleva el viento?


Pues bien, siendo consciente del impacto que las palabras que decimos tienen en nuestros hijos y alumnos, también entiendo que no siempre resulta fácil controlarlas. Sé que es mucho más complejo de lo que parece. Por eso, te propongo algunas alternativas que te pueden ayudar a cambiar algunas de ellas:
















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