Los deberes y los niños con trastorno del neurodesarrollo

 


Los padres que tenemos algún hijo con un trastorno del neurodesarrollo, sabemos que el "momento deberes" se convierte en un gran reto en el mejor de los casos, pudiendo llegar a ser una gran tortura en la mayoría de los hogares.

Partimos de varias premisas, que no podemos obviar en la circunstancia de nuestros hijos:

Por un lado, debemos comprender, que un niño o adolescente con un trastorno del neurodesarrollo, debe realizar un esfuerzo mucho mayor que un niño neurotípico, para poder adaptarse a las exigencias que el ámbito escolar le plantea. Contexto, dicho sea de paso, que le pone a prueba constantemente planteándole actividades a través de una metodología cuyas características no se ajustan en absoluto, a lo que sabemos que les puede ayudar. Imagina que en tu trabajo, te ponen constantemente a realizar tareas para las que no estás preparado, sin ninguna herramienta que pueda ayudarte. Pues bien, esa sensación que has tenido al imaginarlo, es la que nuestros hijos experimentan durante la mayor parte del tiempo que están en el colegio.

Por otra parte, en aquellos casos cuya parte del tratamiento, sea el farmacológico, sabemos que el efecto de la medicación dibuja una curva, cuya actividad va descendiendo en la segunda parte del día. Es frecuente que no exista ese apoyo farmacológico, o que su efecto no sea el deseado, durante las horas en las que la mayoría de nuestros hijos, se sientan a hacer los deberes.

Dicho esto, no es de extrañar que el reto de los deberes, se convierta en muchas ocasiones en la mayor de las batallas.

Por eso, te propongo algunos puntos en los que puedes trabajar para que este momento sea un poco más llevadero:



  • Dedica un lugar específico de la casa para hacer los deberes. Intenta que siempre sea el mismo y esté libre de distracciones.
  • Haz junto a tu hijo un horario semanal que establezca de manera concreta el momento para hacer los deberes, teniendo en cuenta sus actividades.
  • Incluye en este horario diario los descansos que sean necesarios entre tarea y tarea.
  • Después de los deberes, permite que elija la actividad que más le apetece hacer. Es su momento de desconexión.
  • Divide cada actividad de los deberes, en pasos más pequeños estableciendo tiempos para cada una de ellas.
  • Revisa cada paso que dé en esas divisiones que habéis hecho de la tarea.

  • Acompáñalo al principio. A veces basta con que te sientes a su lado aunque tú hagas otra cosa.
  • Permítele que se mueva entre tarea y tarea. Mejorará su concentración.
  • Si tiene que memorizar, divídelo en partes y permite que memorice en movimiento. (Algunos niños memorizan mejor metiendo canastas por ejemplo)
  • Si hay exceso de tareas, habla con el profesor. Quizá no le estén aplicando las adaptaciones necesarias.








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